Bueno, otro año que se acaba. ¡Y menos mal!
Vivimos en una epoca difícil de asimilar. Han habido muchos cambios sociales, políticos y personales. A veces digerirlo todo cuesta. Entramos en una onda de pesimismo terrible. En casi todos los países del mundo se han registrado muchos acontecimientos tristes, serios y terribles. Han sido muy pocas las buenas noticias de verdad. Por ejemplo, las 33 familias de mineros chilenos. Familias que han recuperado el aliento del renacimiento de sus maridos, hijos, hermanos y amigos. Una noticia que todavia me conmueve al recordarla.
Es difícil mantener el optimismo cuando todo afuera te envía mensajes muy terribles: el número de desempleados aumenta de forma escandalosa, economías que no terminan de reactivarse, regímenes totalitarios que no escuchan las voces de la democracia, familias destrozadas por un maltratador o por un terrorista, catástrofes naturales, son muchos los problemas...
Pienso que ya que termina este año, es el momento (como todos los años a estas horas) de hacer la lista de deseos y buenos propósitos para el año venidero.
Siempre he sido una fiel practicante de estos pequeños y personales rituales de la buena suerte. Sin embargo este año he decidido incluir algo muy importante. La gratitud antes que los deseos.
Si, GRATITUD... En medio de esta onda de pesimismo debemos reflexionar unos minutos antes de quejarnos. Si, me faltan ciertas cosas, si tengo muchas cosas que resolver aún. Si. Pero tambien es cierto que tengo muchas, MUCHÍSIMAS cosas que millones de personas en el mundo carecen. Tengo una casa que me acobija del frío y del calor. Tengo comida en mi nevera, tengo ropa para vestir. Parece que algo tan simple, como importante haya perdido tanta apreciación por parte nuestra. No olvido que hay mucha gente que está perdiendo su hogar, que no tiene a donde ir. Gente que solo se vé cubierta por un manto de desesperación que le atenaza de modo cruel. Guerras, hambrunas Si cuento los millones de personas en el mundo que no tienen ni una décima parte de lo que tengo, debo confesar que me siento sumamente afortunada. Y DOY GRACIAS POR ELLO.
Alguien me enseñó que una de las claves del éxito, prosperidad y buenas relaciones con mi entorno es practicar la GRATITUD. El universo agradece a las personas agradecidas. Eso sí, agradecimiento de corazón. El mismo que nos enseña a valorar absolutamente todo lo que tenemos. La luz que ilumina nuestros ojos. La salud que nos permite vivir, caminar, movernos y amar.
Esa lista hay que comenzarla DANDO LAS GRACIAS y acordándonos de todos aquellos que no son tan afortunados como nosotros.
Ahora adelante con los deseos, los amuletos.
Y aquí dejo uno de mis amuletos favoritos: El Maneki Neko...
Que traiga mucha suerte.
FELIZ 2011 (NUEVA DECADA....BUENA SEÑAL PARA EMPEZAR COSAS NUEVAS)
